Por: Zoralys Rodrìguez
En la vida no hay dolor más estremecedor y profundo que el que sentimos cuando parten nuestros seres queridos.
Hasta hace unos años, acostumbraba a darle el pésame a quienes sufrìan la partida de un ser querido. Realmente siempre más como costumbre y gesto de educaciòn. Rara vez asistìa a un funeral pues no me parecìa bien.
¡Pero... Este dolor hay que vivirlo para entenderlo, de lo contrario no entenderás cuan fuerte es!
Como todo en la vida, siempre llega el momento en que tristemente a uno de los querendones nuestros, le toca marcharse al descanso eterno. Es el momento en que el dolor toca tu puerta, entra y decide quedarse. Es cuando el dolor se vuelve tuyo. Quieras o nò tendrás que vivir con él ò al menos tendrás que aprender a lidiar con él. Porque jamás se irá, se quedará dormido en dìas en los que te encuentres con la mente ocupada por las cargas diarias, pero no se irá. Se calmará si le permites a Dios entrar.
En el primer instante, estás en ese momento de negaciòn. Es cuando tratas de pellizcarte "para despertar de esa horrible pesadilla" para ver que ese ser sigue ahì y que todo continuará como siempre, pero no es asì. Es cuando más deseos sientes de ir corriendo, olvidarte de todo para ir a abrazarle y decirle cuanto lo amas y pedirle perdòn si fuera necesario y aunque no lo fuera seguramente lo harìas.
De momento, chocas con la realidad, ves que todos lloran y es cuando entiendes que es cierto; ese ser amado acaba de marcharse para siempre y ya no podrás abrazarlo, ni tener su presencia fìsica. Es ahì cuando llega el llanto, la desesperaciòn y ves todo oscuro. No puedes en ese momento asimilar la partida, te niegas rotundamente a aceptarlo. El llanto no cesa por largas horas, dìas y semanas, todo se vuelve lento. Es como si el reloj del tiempo se detuviera a propòsito cuando lo ùnico que deseas es que todo pase, para que la calma haga su acto de presencia.
Llega el doloroso momento de los actos fùnebres y yo personalmente descubrì que no era "que no me parecìa bien" asistir a ellos si no que ellos me afectan de una manera profunda, y es por eso que no me gustaba asistir. Es el momento de más tortura para mì, es donde tengo que comtemplar el cuerpo ya sin vida de el ser que más amaba. Tengo que entender que esta será la ùltima vez que lo veré humanamente. Tengo que despedirme y nadie quiere despedirse de esta forma. Solo me resta llorar hasta que la calma decida llegar y tratar de "consolar" hundida en mi llanto a las demás personas que también amaban a mi ser querido.
Luego, no queda más (es lo mejor) que resignarte y depositarte en las manos de Dios pues, en momentos en donde el dolor parte un extremo de tu corazòn, solo DIOS puede calmar, solo el puede traer FORTALEZA a tu vida. Humanamente hablando serìa imposible sobrellevar este dolor que provoca la ausencia de un ser amado con nuestras propias fuerzas. Porque cada fecha especial o dia lo recordarás, todo revolcará tus recuerdos y dolerá demasiado. Pero que bueno, es tener a Dios, el deposita Paz en donde hay desesperaciòn. El deposita calma en donde hay tempestad y Amor en donde yace una profunda herida.
He visto marcharse a varios seres que, amé y amo con toda la intensidad que se pueda amar. Me ha tocado verlos deteriorarse y ver como por enfermedades horribles como el cáncer, su sonrisa se apagaba..y todo lo demás se afectaba hasta su vida. He sido pasada por un valle rocoso literalmente, pues esos seres significaron mucho para mì.
Aunque este dolor que la mayor parte del tiempo está siendo trabajado y calmado por la fortaleza del Señor es tan fuerte que no se lo deseo a nadie, aunque ahora sì me tocò vivir el dolor que muchos vivieron antes que yo y yo solo les daba palabras vacìas quiero decirles que mis fuerzas como ser humano han sido aumentadas. Hoy soy mas fuerte a pesar de que al momento de escribir esta nota los extraño y hay dias en que Dios me permite llorarlos (Se Vale) me queda la seguridad, la confianza y la certeza de que en algùn momento yo también partiré de esta Tierra y estoy tratando de alcanzar mi salvaciòn para volver a verles y abrazarles, esta vez para siempre... Aùn hay esperanzas. Pues Dios ha prometido que nos volveremos a ver.
A tì que me lees, que eres tan imperfecto como yo y que tal vez estás en el difìcil proceso de Duelo, quiero decirte que Dios depositará Amor y Paz en tu corazòn y que si te esfuerzas, aunque aveces te te caigas vuelve a levantarte para alcanzar tu salvaciòn , volverás a ver y esta vez para SIEMPRE, por la ETERNIDAD a esos seres que se marcharon a la presencia de Dios. Sé que las palabras no son capaces de menguar el dolor pero si te aseguro que DIOS SÌ PUEDE HACERLO, como lo ha hecho conmigo.
Dios te bendiga,
Recibe un abrazo a la distancia de mi parte, hay esperanza.
En memoria:
Aida Rosa
Adela Santiago
Rosa Marìa
Demetrio Santiago
Felipe Santiago
Los Amaré siempre, pronto volveremos a estar juntos.